martes, 21 de abril de 2009

Viajar


Esperando para coger el tren que la llevara a su destino, la estación empezaba a llenarse y ella empezaba a ponerse nerviosa. Era la primera vez que iba a viajar sola, es decir, sin su familia; esta vez la acompañaban un grupo de amigos.
El destino era conocido y sabía que no tenía porque preocuparse, solamente iba a estar una semana fuera de casa, pero en aquellas condiciones eso se la hacía un mundo.
Un vez allí , y con el paso del tiempo, cada vez deseaba más que horas pasasen más despacio para poder disfrutar de toda la grandeza de aquella ciudad. Por desgracio el cansancio les impidió que pudieran disfrutar plenamente de todo, ya que no querían dejar nada sin ver, y planearon un gran viaje.
Aunque este viaje sólo había sido un pequeño aperitivo y ahora de vuelta a la realidad sabía que algún día volvería.

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